Posicionamiento de marca

¿Cómo puedo lograr que las personas referencien mi marca, la tengan en su memoria y sea su mejor alternativa a la hora de escoger?

Un camino que puede ser poderosamente simple, si tengo una marca con alma, sentido y coherencia, para lograr que se mantenga en el tiempo siendo fiel a sus principios.

Mi marca puede hablar de un servicio, un producto, una ideología, una forma de hacer las cosas… Pero ¿qué la hace diferente? ¿cuál es su identidad? Buenas preguntas para empezar.

Lo primero es que debo tener un discurso coherente entre lo que dice mi marca y lo que hace. Es fundamental ser fieles a nuestra promesa, siempre. Si hablo de calidad, de servicio o de economía, por dar unos ejemplos, mi producto debe reflejar y ser eso de lo que hablo.

Para definir mi marca, es importante conocer el público objetivo al cuál va dirigido mi producto o servicio, porque eso me permitirá definir el estilo y el lenguaje que identificarán mi mensaje: limpio, moderno, arriesgado, clásico, irreverente… Para ello es importante entender los criterios que definen el gusto y la estética de mi público.

Ahora debo pensar en la forma en la que presento mi marca para generar enganche y recordación. Las personas ven un diseño, pero detrás de cada diseño está el valor narrativo y el discurso que soporta el diseño. Hablamos de un nombre acorde a mi marca, un logo, un slogan, que generen un ecosistema de experiencias que reflejen el alma de mi marca.

Ya tengo la forma y el estilo de mi marca. Debo entonces pensar en un medio a través del cual la voy a presentar y la voy a legitimar ante mi público. Aquí vuelve a ser muy importante conocer mi público objetivo, dónde está y cuál es el medio más efectivo para llegar a él. Múltiples medios, plataformas y redes están a nuestra disposición, ¡y no son excluyentes! Sin embargo, no todos los medios legitiman mi marca necesariamente.

En este punto debo empezar a generar periódicamente información y contenido relevante alrededor de mi marca: verlo como una forma de brindar un valor agregado para mi público y como un factor potencialmente diferencial frente a la competencia.

La validación más importante de que mi marca está posicionada, o va por buen camino, la da el uso social de nuestros productos o servicios y la satisfacción de nuestros usuarios, que se convierte en nuestra mejor publicidad por múltiples canales.

Es una carrera de largo aliento, en la que vamos a tener tentaciones de cambiar de ruta, o mirar hacia otro lado, pero el posicionamiento solo se logra si no perdemos en sentido, el alma de lo que hacemos, y ese se convierte en nuestro faro.